Boris Pasternak envió esta misiva a Renata en contestación a una carta de ella en la que le mandaba unas poesías de Li Tai Po traducidas por Klabund para alegrarle un poco esas fechas que, por problemas personales, se presentaban poco halagüeñas para el autor de Doctor Zhivago.
Boris Pasternak a Renata
10 de Diciembre de 1959
«¡Te deseo una alegre Navidad, Renata, te deseo un maravilloso, rico, feliz Año Nuevo! Con qué palabras debo darte las gracias por la carta, por la vela de Navidad, por Li Tai Po, si con tanta preocupación y cuidado rodeo todas las palabras de amor, para no colocarme en el camino de la traición y de la infidelidad. Quisiera decir que te beso y te abrazo, pero la imaginación de la escena se me hace tan viva que casi tiemblo.
Y, naturalmente, no tuve necesidad de traer a mi memoria la mandarina bajo el brazo para que al momento me acordara de esto -a propósito, has metido en ese sitio una señal cosida con oro-. Klablund se las ha arreglado muy bien con el problema. La poesía que aflora de su traducción señores con tal independencia y contrapeso que carece de significado e interés la idea de en qué medida es fiel o no al original.
No creo que Klablund en la fuerza apretada de la moda actual se permitiera en su poesía expresionista tanta naturalidad y tanta subordinación como en este incomparable librito.
¿Dónde está ahora Klablund? ¿Vive todavía? ¿Puedes encargarte de transmitirle mi reconocimiento y mi gratitud si todavía está vivo?
Dos observaciones sobre la mandarina. Te he escrito que, hasta tu mención, yo no tenía idea sobre estos versos chinos. De Li Tai Po sabía tanto y de la misma manera como he conseguido mis conocimientos sobre casi todo en el mundo, por el sonido de los nombres propios y el color de las portadas de las encuadernaciones. ¡Y qué fabulosa coincidencia! El olor de la cáscara de la mandarina está ligado con la atmósfera de los primeros enamoramientos escolares, en las fiestas de invierno, de la cegadora iluminación de los abetos y con el acaloramiento de las muchachas bailando. Por dos veces, en una de mis primeras poesías y en una novela, busqué la expresión de este estado de ánimo. (…)»
[.versos de amor chino
Los versos melancólicos y dulces de Li Tai Po son un buen acompañamiento para los amantes:
«Ante el vino de mi copa
el viento viene del Este
en un palanquín de seda.
Riza el vino de mi copa
el viento de primavera.
Bajo la lluvia de pétalos
de las ramas desprendidos,
como las rosas abiertas
está tu rostro en el vino.
¿Has pensado cuántos años
las glicinas, los almendros,
florecerán tras tus rejas
iluminando tus sueños?
Es hora, niña, que dances,
el sol camina al ocaso;
la tarde se va, en la noche,
la juventud, en los años.
La vida, niña, algún día
blanqueará nuestros cabellos.
Amor y vino en las copas
antes que se marche el tiempo.»
-LI TAI PO]
-Selección de Alicia Mizrahi
Divina. ¡Qué hermosos los versos chinos también! ¿De dónde sacas estas joyas, Gabi?
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Gracias Mel! De distintos libros de «Correspondencias» que me he ido comprando… además soy muy curiosa y busco y estoy a la pesca de distintos manuscritos. Un abrazote!
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Pues es una maravilla que tengas esa afición y la compartas. Yo me beneficio con ello. Abrazote a ti también.
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Compartir es algo hermoso Mel. Que lindo lo que decis!
Otro abrazo!
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Tan bello todo y tan serenamente melancolico
Fundemos una Mutualidad de melancolicos: es necesario tener alas azules para ser admitido, ojos enormes y lagrimas faciles
Las pestañas, transparentes…como las almas
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Acepto! Cuando la fundamos, preciosura? 😉
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Al aceptar ya ha quedado automaticamente fundada
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No nos queda otra, entonces, que ir por el mundo, tendiendo puentes a todas las almas que aúnan esas condiciones! 😉
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